Primero tenemos que localizar el radiador, para ver si este lleva tapón de vaciado o no. Debemos de tener mucha "precaución" en no confundir el radiador del agua con el del aire acondicionado o climatización (condensador).
Si lleva tapón vaciaremos el refrigerante por este, sino lo haremos por el manguito inferior del radiador.
Para llegar al tapón o manguito inferior del radiador hay que quitar los plásticos cubrecarter.
Dependiendo del tipo de abrazadera nos ayudaremos de un destornillador o unos alicates para poder retirarla, una vez retirada sacaremos el manguito, algunas veces están muy pegados al radiador, para poderlos soltar nos ayudaremos de unos alicates (con cuidado para no dañar el manguito), moviendo de un lado a otro hasta que se suelte. Si tenemos abrazaderas de sirga, nos apañaremos con unos alicates de pico de loro, ya que existen unos alicates especiales para estas abrazaderas, pero que cuestán más de 100 euros.
Debajo tendremos preparado el recipiente para recoger el líquido refrigerante. Una vez vaciado ya podemos colocar el tapón o el manguito en su sitio otra vez.
En el caso de coches con intercambiador de calor agua-aceite tenemos que vaciar el circuito por aquí también, para ello tendremos que localizar el manguito del refrigerante del intercambiador y quitarlo para acabar de vaciar el líquido, una vez vaciado lo volvemos a poner en su sitio.
Llenado y Purgado
Para continuar tenemos que volver a llenar el circuito. Para ello abrimos el tapón del vaso de expansión (imagen), y vamos llenando poco a poco con líquido refrigerante. Lo llenamos hasta el máximo y arrancamos el motor sin tapar el vaso de expansión. Si vemos que baja el nivel, añadimos líquido hasta el máximo otra vez. Ponemos el tapón del vaso y ahora debemos esperar unos minutos con el motor al ralentí, hasta que el ventilador del radiador se ponga en funcionamiento y se pare un par de veces. Luego, debemos esperar a que se enfrie el motor y volver a comprobar el nivel del líquido.